Esta hablando el Papa Francisco en Lisboa, son las 9:21 de la noche. El Papa ha escuchado algunos testimonios. De un sacerdote portugués que sufrió un accidente y después entró al seminario y se ordenó sacerdote. Cuentan que eso, lo buscó porque Cristo le salió al encuentro y descubrió así el sentido de su vida.
Después, el Papa atendió el testimonio de una mujer de Mozambique, que su aldea fue invadida varias veces por terroristas y lo que la sostuvo a ella y a su familia fue la fe.
El Papa atendía a estos testimonios con mucha atención porque rezaba. Y nosotros -que estamos aquí- estamos rezando. En este momento todo el mundo está en silencio haciendo oración.
“Jesús, yo te pido en este instante, aquí en vivo y en directo en Lisboa, desde la JMJ que tu Palabra entre a todos estos corazones.”
El Papa, ahora nos pregunta si oímos y todos respondemos: – ¡Que sí!
Nos pregunta que, qué tenemos que hacer: ¡levantarnos!
Detrás del escenario han aparecido varios drones con unos mensajes, impresionante: “Follow me, sígueme, rise up, sígueme…
“En el arte de ascender, lo que importa no es no caer, sino no permanecer caído.” Eso acaba de decir el Papa. Esto también lo digo en Panamá. ¡Emocionante!
No permanecer caído… “El que permanece caído se jubiló de la vida.”
Señor, cuántas personas tendrán la experiencia de sentirse en tierra, caídos por la miseria, por el pecado, amigos nuestros. Qué bueno que también nosotros los levantemos.
El Papa nos pregunta, ¿qué tenemos que hacer si encontramos algún amigo caído? Puedes levantarlo. Todo el mundo aquí grita: -Levantarlo, levantarlo.
JESÚS NOS MIRA PARA AYUDARNOS
Nos pregunta, “¿qué gesto hace? Lo mira de arriba hacia abajo. La única oportunidad, el único momento que es lícito mirar a una persona de arriba abajo es para ayudar a levantarlo.” De arriba, abajo…
Jesús, a ti te miramos de arriba abajo, porque Tú estás en la Cruz, estas arriba en la Cruz, estas levantado sobre la Cruz.
Aquí en Lisboa, hay un puente rojo que atraviesa el río Tajo y al otro lado hay una imagen de Cristo Redentor, qué maravilla Señor mirarte en la Cruz.
Pero, Tú nos miras desde arriba para abajo, es para ayudarnos. Precisamente para redimirnos. Nos miras de arriba para abajo Jesús, para levantarnos. Esto es lo que nos anima el Papa a hacer: mirar hacia las personas, pero para ayudarlos, no para humillarlos, no para compararnos con ellos.
Nos pide, ahora el Papa, entrenarnos para el camino, entrenarnos para caminar.
Les está hablando a los estudiantes que se copian en los exámenes, ¡qué gracia!
El Papa nos habla de tú a tú. Esto está repleto de jóvenes. En este momento está hablando de fútbol. Ahora va a empezar a hablar de San Lorenzo De Almagro…
“Detrás de un gol ¿qué hay? Mucho entrenamiento. Detrás de un éxito ¿qué hay? Mucho entrenamiento. En la vida, no siempre uno puede hacer lo que quiere, sino aquello que la vocación que tengo dentro -cada uno tiene su vocación- nos lleva a hacer.”
Jesús, yo te doy gracias ¿y sabes por qué? Porque el Papa está hablando en español y yo entiendo todo y puedo predicar la meditación aquí en vivo y en directo desde Lisboa. ¡Qué maravilla que tengo esta oportunidad!
CAMINEMOS EN ESPERANZA
Y hoy escuché en la mañana la meditación del padre Fede, que desde su camino a Santiago nos ha encomendado a todos en 10 minutos con Jesús. Él hizo un camino largo, muchos kilómetros y nos tuvo presente a todos.
Ahora el Papa nos pide caminar: “En la vida se aprende caminando y eso es entrenamiento en el camino.” El Papa nos deja una idea: “caminar y si uno se cae, levantarse. Caminar con una meta. Entrenarse todos los días en la vida.
En la vida nada es gratis, todo se paga. Solo hay una cosa gratis: el amor de Jesús. Con esto gratis que tenemos -el amor de Jesús- y con las ganas de caminar, caminemos en esperanza, miremos nuestras raíces y vayamos adelante sin miedo, sin miedo. No tengan miedo. Gracias”
El Papa se despide, nos dice ciao.
Gracias, Santo Padre por dirigirnos esas palabras a los jóvenes, que estamos aquí en el Campo da Graca, el Campo de la Gracia. Que me dicen que era un basurero. Me contaron, ahorita, que esto era un basurero que hace unos treinta años se cubrió y ahora es una colina preciosa. Está al lado del río Tajo, que parece un océano, es extenso, enorme, ancho, caudaloso, bellísimo.
Hoy, Jesús, nos ha hecho una tarde bellísima. ¡Gracias! La temperatura está muy agradable, sopla una brisa. No va a ser tanto frío. Estos días, en la noche, ha bajado un poquito la temperatura, pero hoy parece ser que, la temperatura se va a mantener. Todo es una gracia de Dios, definitivamente.
Y aquí estamos. Todos juntos, juntos al Papa.
«Todos con Pedro, a Jesús por María”, eso le gustaba decir a san Josemaría.
CAMINAR CON EL PAPA
Eso lo queremos escuchar hoy también y aceptar esa invitación: caminar con el Papa. El Papa nos dice caminar todos, pero claro, él va por delante, quiere caminar con nosotros.
Él quiere ayudarnos con su vida de oración, con su atención por todos, por los pobres, por los necesitados, por los que sufren.
Ahora suena las notas de un órgano y aquí en esta colina, nos estamos preparando para hacer un rato de oración, delante de Jesús en el en el Santísimo Sacramento, delante de la Custodia.
Yo pienso que esto puede ser uno de los momentos más esperados de la JMJ. Cuando todos estos miles de personas -realmente no he mirado cuántas personas hay- nos ponemos de rodillas y en silencio rezamos delante de Jesucristo. Esto es la Iglesia.
La Iglesia significa convocación, convocar y aquí estamos todos unidos al Papa, el Vicario de Cristo en la Tierra.
Los jóvenes que están escuchando esta meditación, tienen que venir a alguna JMJ. Esto es una experiencia única, maravillosa. Aquí hay miles de jóvenes que han hecho un esfuerzo enorme.
Ahorita me encontraba una persona que me decía que llevaba cuatro años preparando esta JMJ. Imagínate cómo la está disfrutando, cómo la está gozando, cómo la está aprovechando.
Jesús, entra en nuestras almas, entra en nuestros corazones y llenos de tu amor, llenos de tu gracia, agranda nuestro corazón en esta JMJ.
Amplía los deseos en todos estos corazones, en mi corazón, de deseos grandes de santidad, de salir de nosotros mismos, salir de nuestros egoísmos y de ir al encuentro de Jesús.
Caminar con Jesús para encontrarnos con los demás y ayudarlos si necesitan levantarse, con nuestro ejemplo, con nuestra oración, pero también con nuestras palabras firmes y llenas de cariño.
Yo me despido de todos, asegurando mi oración. Ahorita lo haré de manera especial delante de Jesús, en la custodia.
María, Virgen de Fátima, tu que estás aquí muy cerquita, bendícenos, cúbrenos con tu manto. Con estas notas musicales, me despido en estos 10 Min con Jesús.
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