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LA QUE ES PEQUEÑA VENCE A LOS PODEROSOS

vence Santa Inés

“Jesús subió a la montaña y llamó a su lado a los que quiso, ellos fueron hacia Él. Y Jesús instituyó a doce, a los que les dio el nombre de apóstoles, para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar con el poder de expulsar a los demonios”

(Mc 3, 13-15).

TÚ NOS ELIGES

“Así nos cuenta san Marcos cómo elegiste, Señor,  a los doce apóstoles. Estas palabras se aplican, seguramente también a todos los que a lo largo de la historia, nos elegís para que estemos a Tu lado y para que llevemos el Evangelio a nuestro alrededor.

Eso es algo propio de la vocación cristiana. En primer lugar, permanecer a Tu lado Señor e inseparablemente hablar de Vos. Llevarte con nuestra conducta, con nuestra palabra, a quienes nos rodean.

Hoy, además de la liturgia, se celebra a una mártir romana del siglo IV.  A la que la Iglesia y la comunidad romana, tenía mucha devoción desde los comienzos del cristianismo, que es santa Inés.  Inés Virgen y mártir. 

De ella se conserva una historia, en parte, probablemente leyenda con añadidos, pero seguramente basados en la realidad de su total entrega a Cristo.  En la virginidad, que fue un camino que eligió como unión con vos, Señor.  O quizá, más bien que Vos la elegiste y ella siguió. Y en el martirio, hasta dar su vida.

SANTA INÉS

Nos cuenta la historia de santa Inés, que era de una familia noble y resulta que el hijo del prefecto de Roma, siendo ella muy joven (tendría Inés 12 o 13 años), se enamoró de ella e Inés, de manera tajante, lo rechazó porque tenía ese compromiso con Cristo.

El joven acudió a su padre, el prefecto de Roma que, cuando se enteró que Inés era cristiana, enseguida tuvo un motivo para acusarla. Fue sometida a presiones, incluso humillaciones y torturas hasta la misma muerte por la espada, porque no cedía en su propósito de ser fiel a Cristo.

Algo que me llamaba la atención de lo que se ha transmitido de la actitud de Inés, ante eso que querían desviarla de su camino, quizá prometiéndole también cosa que humanamente le hubieran convenido, por lo pronto conservar la vida. 

MIRANDO A JESÚS

Ella rechazó estas tentaciones y lo hace diciendo que ella ya tiene un Esposo. Lo hace mirando a Jesús, mirándote a Vos Señor, no como defendiendo solo, por así decir, un ideal, algo que se había propuesto. Porque seguramente tenía sus ideales y quería conservarse limpia, pero pensando en ese alguien, en ese que es Jesús. 

Que es, me imagino yo, en quien ella se apoyaría, con quien hablaría, a quien le pediría fuerzas. Y esto puede ser un buen ejemplo para nosotros que también tenemos lucha.

Santa Inés, no solo es ejemplo de pureza heroica, también es ejemplo de la debilidad que vence a los poderosos ¿Por qué? Aunque ella perdió la vida, dice una de las oraciones que se lee en en el breviario, en realidad perdió la muerte y encontró la vida, porque encontró a quien da la vida:  a Vos Señor.

GRAN EJEMPLO

Vence, siendo muy frágil, siendo todavía muy chica. Allá en Piazza Navona, en Roma, están las reliquias.  El cráneo de santa Inés es muy chiquito, llama la atención; en la Iglesia de Santa Inés se conserva esa reliquia.

Ella, en su debilidad, apoyándose en Cristo, pudo ser más fuerte que la muerte y vencer todas esas presiones, todos esos ataques que de ninguna manera los buscó. Simplemente, quería permanecer cerca tuyo, Señor.

A veces nos puede suceder y nos sucede que, aunque uno no se busque problemas, sin embargo en nuestra vida cristiana aparecen presiones, tentaciones, ocasiones o de ser fiel a Cristo o de dejarlo o dejarte Señor.  

Qué bueno, si en esas luchas que todos tenemos, pudiéramos mirar no solamente a ser fieles a los ideales que tenemos, ser fieles al bien, permanecer en la verdad, que son todas cosas muy buenas y que son como un signo de la dignidad que tenemos como hijos de Dios.

UN CORAZÓN ENAMORADO

Pero además que pudiéramos también nosotros, como santa Inés, pensar en nuestro Amor, nuestro Dios. Que nos mira de un modo -si se puede decir así- con más intensidad en la dificultad y en la tentación, quiere sostenernos. Que querés Jesús, darnos Tu gracia y permitís que crezcamos también a través de esas tentaciones.

Y que así también se ve en nuestra vida, que aunque a veces nos sintamos pequeños, que nos sintamos minoría, que nos sintamos, quizá como le pasó a Inés, humillados, atacados, que pueda vencer en nosotros el amor, la fortaleza que surge de un corazón enamorado.

AMOR VERDADERO

Para eso Señor, que esta oración, estos 10 minutos que hacemos de oración con Vos, que al buscarte en los sacramentos, que al hablarte, al tratarte, haga Señor, que crezca siempre más en nosotros ese amor verdadero. Que surja de conocerte y saber cuánto nos querés y que nos empuje a ser fieles. Fieles, si hiciera falta hasta el sacrificio, hasta dar la vida.

Probablemente, la daremos en pequeñas cosas. Difícilmente uno de nosotros vaya a morir por la espada como Inés, pero sí en pequeñas cosas podremos ser fieles, entregarnos y así, Jesús, permaneceremos con Vos y nos podrás enviar para predicar el Evangelio”.

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