Icono del sitio Hablar con Jesús

SERVIR CON MARÍA

Protagonista

Hemos llegado al cuarto domingo del tiempo de Adviento, lo cual nos deja ya casi a las puertas de esta Navidad.

Mañana será 24 y será un día seguramente de preparativos para esperar las doce de la noche. Llegará ese momento tan esperado del nacimiento de Jesucristo.

Y así hemos recorrido este camino juntos, porque seguramente sigues estos 10 minutos con Jesús para hablar con Él.

Estas cuatro semanas hemos estado preparándonos, en ese tiempo, para que haya esa conversión en nuestra vida, para recibir al Señor.

El Evangelio de hoy nos cuenta cómo nuestra Madre, santa María, se pone inmediatamente en camino después de que el ángel Gabriel le ha anunciado que ella será la Madre de Dios.

Se ha dado ese momento tan revolucionario, como dice el Papa Francisco. Y la Virgen que ya en su momento, al decir ¡sí!

“Hágase en mí según tu palabra”

(Lc 1, 38).

Es la Madre de Dios. Se ha dado la concepción de Jesucristo y ha tomado nuestra carne.

Nos dice san Lucas:

“En aquellos días María se levantó y se puso en camino deprisa hacia la montaña a una ciudad de Judá, entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel”

(Lc 1, 39-40).

GENEROSIDAD

Así es nuestra Madre, no espera, el ángel lo último que le dice es:

“… tu prima está en el sexto mes de embarazo”.

Y nuestra Madre, en cuanto el ángel se va, ella no se pone en ese momento a pensar: bueno ¡Ya está, soy la Madre de Dios!

O peor aún, llenarse de vanidad y decir “ahora sí, que todo el mundo me sirva, ahora se lo voy a contar a todas mis vecinas, a toda mi familia y que me traten como una reina porque soy la Madre de Dios…”

¡De ninguna manera! Nuestra Madre, inmediatamente se pone camino hacia la montaña, hacia donde vive su prima Isabel. En el texto en latín dice: “cum festinatione”: con prisa .

Así, nuestra Madre nos da ese ejemplo, incluso nos da la clave de cómo vivir esta Navidad y, obviamente, cómo vivir nuestra vida.

¿Cómo queremos vivir? Queremos vivir como cristianos, como hijos de Dios.  Porque santa María lo que hace es servir a su prima.

“Aconteció que en cuanto Isabel oyó el saludo de María saltó la criatura en su vientre, se llenó Isabel del Espíritu Santo y levantando la voz exclamó ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!”

(Lc 1, 41-42).

Ya lo que sucederá es que la Virgen se quedará por unos 3 meses, aproximadamente, sirviendo, ayudando a su prima, que era de una edad avanzada.

Tiene que hacerse cargo de una persona que está esperando un niño y atenderla; que no haga muchos esfuerzos, ayudarla en la casa, ayudar a la misma Isabel, que seguramente tendría algunos problemillas…

¿CÓMO ESPERAR A JESÚS?

La Navidad, el nacimiento de Jesucristo, no se queda únicamente en simplemente preparativos o la gran comida, el gran pavo que seguramente se prepara en muchos sitios ¡Va más allá, va más allá!

Ya lo hemos dicho muchas veces, ese Adviento que busca esa conversión de nuestra vida y la Virgen nos da la clave

¿Cómo convertirnos? ¿Cómo esperar a Jesucristo? ¿Cómo vivir con Jesucristo? Buscar a Cristo, encontrar a  Cristo, amar a Cristo… Sirviendo.  Es lo que nos dice nuestra Madre, es el ejemplo que nos da ella sirviendo.

¿Cuántas oportunidades tú y yo tenemos para servir?  Desde luego, estos días de fiestas es una buena oportunidad para servir en la casa. Servir, ayudar en la mesa en el momento de la fiesta. Escuchar, a tus hermanos, a tus papás, a tus amigos, a tus amigas.

Escuchar… Compartir momentos, porque Navidad también son momentos de familia. Es muy bonito ver en los comerciales que sanamente se pone el contexto de la Navidad: estar en familia, pasar con familia.

Es una maravilla, una cosa que no debe perder estas fiestas, estas navidades: la familia. Porque allí, de hecho, es cuando se da (estamos hablando ya de una familia también) la Sagrada Familia: Jesús, María, José. ¡Jesús que llega al mundo!.

Por eso la Navidad es estar en familia. Y no estar allí simplemente como un robot, como un zombi.

PAPA FRANCISCO

También el Señor nos pide ese sacrificio de no estar mirando únicamente el “Whatsapp”, el “Facebook”, las redes sociales… Tal vez nos pida eso, ese  servicio de prestar la atención a los demás; desde luego, pasar esa Noche Santa, ese 25, con tu familia.

Hay una cosa más, que el Papa Francisco nos aconsejaba, sobre todo lo hacía ver con mucha fuerza, con preocupación, en la audiencia de este miércoles que ha pasado.

Aprovecho también aquí para hacer una publicidad, aprovecha también esas audiencias del Papa Francisco son una gran catequesis y están publicadas en la página web del Vaticano: www.vatican.va son muy breves.

Lo que dice el Papa a los peregrinos este miércoles:

Que no nos olvidemos que el gran protagonista de la Navidad es Jesucristo; que el cumpleañero es Jesucristo”.

En efecto, este es un pensamiento muy profundo que uno puede dar por sentado, pero para otras personas no es tan claro.

Para otras personas, tal vez la Navidad sea vacaciones, la oportunidad para irme de fiesta, para dormir más o incluso, a veces, pasarme un poquito más de lo debido con  la bebida, con las fiestas o incluso una fiesta en la cual no está Jesucristo presente.

ÉL ES EL PROTAGONISTA

Esa es también la conversión que Dios quiere: que no te olvides que Él es el protagonista.

Qué bonito poder asistir a esa misa, que comúnmente se llama (al menos en mi país en Perú), “Misa del gallo”. Esa misa a media noche o muy cerca a la medianoche, en la cual ya se celebra la Navidad del Señor, el Nacimiento del Señor.

¡Qué  buena oportunidad para que te confieses! Para que le digas: Señor estos son mis pecados. A lo mejor he estado un poco alejado de Ti y ahora vengo… ¿Por qué? ¡Porque Tú has querido hacerte Hombre para salvarme!

Ese hecho, que se dió hace más de 2000 años en ese pueblo lejano de Galilea, tiene ahora mismo, en el año 2018, incidencia en mi vida ¡Que tú Jesús, te hayas hecho Hombre por mí!

¡¿Cómo no me voy a arrepentir de haberte ofendido?! De haber ofendido a otras personas. Esto es mi regalo: convertirme. Ese regalo, esa conversión que me la da el  Señor.

Vamos a vivir bien esta Navidad, con esa conversión interior, con ese servicio que es el ejemplo que nos deja también nuestra Madre.

Salir de la versión móvil