< Regresar a Meditaciones

P. Juan

Escúchala

5 min

ESCUCHA LA MEDITACIÓN

MISERICORDIA EN LA MIRADA, ESPERANZA EN EL CORAZÓN

Jesús reacciona ante la crítica y el prejuicio de los fariseos diciendo que vayan y aprendan lo que significa «misericordia quiero y no sacrificios».

De los cuatro evangelistas, dos son apóstoles y los dos nos cuentan la historia de su vocación, cómo empezaron a seguirte, Jesús. 

Uno es san Juan, que ya estaba en el grupo de los que seguía al Bautista, al precursor, y quien escuchó decir de san Juan Bautista: “Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” y te siguió junto con Andrés. Y cuando te preguntaron: “¿Maestro dónde vives? Vengan y verán” y pasaron esa tarde con vos.

 El otro es san Mateo que también él mismo nos cuenta hoy su vocación, sale en el Evangelio; que pasaste vos por donde Él estaba al frente del mostrador para cobrar los impuestos y le dijiste sencillamente:

“Sígueme”

Y a continuación, nos cuenta que te sentaste, Jesús, a la mesa con muchos publicanos y pecadores en casa de Mateo. Que se ve que enseguida quiso festejarlo. Esa vocación un tanto inesperada. Sería inesperada para él, por lo repentino que fue todo, pasaba por ahí, lo vio, Mateo, sígueme…

SÍGUEME

También bastante sorprendente para los demás. Porque, si hay alguien que la gente no  esperaría que fuera llamado a seguirte, como uno de tus apóstoles, era un publicano,  un cobrador de impuestos. Estaban vistos como gente apartada de Dios, casi que iba en contra de Dios. Por eso se escandalizan los fariseos y le preguntan a los apóstoles: 

“¿Cómo su Maestro se sienta a comer con publicanos y pecadores?”

Y el mismo Mateo se sorprendería, seguramente. Si respondió así, es que algo en su interior lo movía  a acercarse a vos Jesús. A seguirte, te conocería, se habría quedado ya como admirado de tu figura. Pero quizá nunca se hubiera esperado que lo llamaras para que fuera uno de tus elegidos,  de los más íntimos,  de los que te acompañaría. 

Y sin embargo, así fue. Sorpresa para él,  para los fariseos, quizá para los mismos apóstoles. Quizá viste en la serie «The Chosen» cómo se escandalizan los demás cuando Jesús elige a un publicano. Alguien que entre la gente religiosa, era mejor ni acercarse ni tratarlo. 

Misericordia DOS LADRONES

 MÁS MISERICORDIA QUE SACRIFICIOS

Un mensaje que nos deja hoy el Evangelio, es claramente que nos cuidemos de hacer juicios críticos, como les pasa a estos fariseos,

 “Vayan y aprendan qué significa: Misericordia quiero y no sacrificios”

Les decís, vos Señor interviniendo, porque están juzgando y no son quienes para juzgar.

Y esto a nosotros nos puede pasar también. Ahora haciendo nuestra oración.  Procurando hablar con vos Jesús, podemos pensar, si hay personas que a mí  me caen mal en su manera de ser o en sus acciones. Quizá objetivamente reprochables, exteriores. Y que tiendo con facilidad a juzgarlos, a ponerme por encima, a criticarlos. 

Incluso, por ahí tenemos la temeridad de comentar con otros esas impresiones malas. Y puede ser que vos Jesús, a mí también me dirías,  “mira, te crees mejor, te crees que haces muchas cosas buenas. Y Dios lo que te está pidiendo es más misericordia que sacrificios”. 

NO JUZGAR

Y podría ser que además nos suceda como les pasó a estos hombres, a estos fariseos, que estaban criticando, y tenían delante a alguien que sería un mártir, a alguien que sería un apóstol, alguien que nos dejaría relatados los eventos de la vida de Jesús, por juzgar precipitadamente. 

Hay una historia en la Tradición de la Iglesia, de los cuarenta mártires de Sebaste, que eran cristianos y en una persecución fueron condenados a estar expuestos desnudos durante la noche sobre una laguna helada. Era cerca de Sebaste, por eso llevan ese nombre. Y entre ellos hubo uno que cedió, el frío que tendría, y dejó a sus compañeros; se fue a unos baños calientes que estaban cerca del lago y que estaban preparados para quien quisiera renunciar a la fe.

Y al ver esto, uno de los guardias que vigilaba a los mártires, y sorprendido por el talante espiritual de estos hombres, en ese momento se convirtió en cristianismo y él mismo se despojó de sus vestiduras y se unió a los treinta y nueve y así quedó de nuevo el número de los cuarenta. 

Misericordia, LUZ PROGRESIVA

LLEVAR EL NOMBRE DE JESÚS

Se cuenta que al amanecer, después estaban los cuerpos rígidos de los soldados pero todavía mostraban señales de vida y los quemaron. Rápidamente se expandió la devoción a estos cuarenta mártires. Me acordaba de ellos porque un espectador o cualquiera podría decir “Mira a este que está ahí vigilando, mira al verdugo, el que los mantiene ahí adentro para que ninguno escape”. 

Y ese mismo se convierte de verdugo, inspirado por la gracia pero también libremente, en un cristiano dispuesto a morir, ya que corta su vida dentro de la Iglesia. Se convirtió y tuvo el bautismo de sangre, se solía decir, de los mártires que todavía no habían sido bautizados. 

San Pablo, que de perseguidor también se convierte en apóstol y lleva el nombre de Jesús a tantísima gente. Y no sabemos, esa gente quién es. Por ahí nos vienen ganas de juzgar. 

Otra cosa es los hechos concretos que pueden ser malos e irreprochables, pero quizá con nuestros juicios críticos, con nuestra falta de misericordia, podemos estar fallando, podemos estar condenando a alguien que quizá el día de mañana va a estar más alto que nosotros en el cielo. 

REZAR EN LUGAR DE CRITICAR

Vamos a pedir entonces a la Virgen que nos ayude a no tener esa mirada crítica y al contrario, también movidos por estos ejemplos, nos llenemos de esperanza de que esas mismas personas que por ahí vemos que actúan mal o que nos cuesta su modo, lo que sea, pueden llegar a ser unos santos, pueden llegar a tener una conversión o a darse cuenta de lo que hacían mal. 

Y por eso en lugar de criticar podemos también rezar para que así sea y soñar con las conversiones de tantas personas que vemos que están lejos de Dios y que ya se ve que de un momento a otro la gracia nos puede tocar como quizá también nos habrá pasado a nosotros mismos. 

O más bien a otras personas con nosotros que quizá en algún momento éramos ocasión más de desánimo que otra cosa. Puede ser que la gracia nos haya ayudado a ir acercándonos más al Señor, a ir descubriendo más el camino que nos tenía preparado y nos haya ayudado a seguirlo. 

Pidamos eso también a nuestra Madre, que a todos sus hijos nos mirará con misericordia y con cariño. 


Citas Utilizadas

Am 8, 4-6. 9-12

Sal 118

Mt 9, 9-13

Reflexiones

“Señor, ayúdame a no juzgar,  a actuar con misericordia y a ver con tus ojos”.

 

Que yo vea con tus ojos, Cristo mío, Jesús de mi alma”   

San Josemaría

Predicado por:

P. Juan

¿TE GUSTARÍA RECIBIR NUESTRAS MEDITACIONES?

¡Suscríbete a nuestros canales!

¿QUÉ OPINAS SOBRE LA MEDITACIÓN?

Déjanos un comentario!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

La moderación de comentarios está activada. Su comentario podría tardar cierto tiempo en aparecer.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.


COMENTARIOS

Regresar al Blog
Únete
Donar