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LOS DÍAS MÁS FELICES DE NUESTRAS VIDAS

días mas felices de la vida
MOMENTOS FELICES

La felicidad, que temón, sin duda se encuentra en algunos momentos de nuestra vida.  Hace poco veía un vídeo donde sucedía que un joven le proponía matrimonio a una joven en la playa, él simplemente se ponía de rodillas, sacaba la cajita del anillo y ella se ponía a dar brincos de alegría, te contagia la alegría de ver cómo brincaba.(https://www.instagram.com/p/CRgm7sJrYRm/?igshid=YmMyMTA2M2Y=)

También otro vídeo de una joven que sorprendió a su papá que cumplía 60 años, yo creo que ella vivía en otra ciudad y en el vídeo se ve cómo va hablando por teléfono con él y le dice, “asómate en la puerta que te tengo una sorpresa” y de repente aparece por la puerta y los dos se abrazan y se ponen a llorar, simplemente de la felicidad de estar juntos.
Hace poco tuve la oportunidad de casar a un amigo y ponía en las redes sociales una foto de su mano y la mano de su esposa, ya con sus anillos y simplemente decía: “El día más feliz de mi vida”
Eso es lo que él piensa ahorita, pero a lo mejor cuando tenga un hijo, va a decir: “Este es igual de felíz o más felíz”

EN BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD

Te acuerdas de aquella película, “En busca de la felicidad” con Will Smith en el que él mismo define la felicidad en una escena mítica de la película cuando va caminando entre mucha gente, después de haber luchado mucho por conseguir un trabajo dice: “sin duda esto es la felicidad”
Los días más felices de nuestra vida los encontramos seguro ahí dispersos a lo largo de nuestra existencia, “the happiest days of our lives”
Hay una canción de Pink Floyd es más bien irónica por la letra porque es un poco dura pero es mítica “Another Brick on the Wall”

FELICIDAD COMPLETA


Los días más felices de nuestra vida todos los encontramos separados sin duda y nos hablan de una felicidad más grande, hay algo que debe ser total.
¿Cuál es esa alegría total y absoluta?
Pues la alegría de Dios, la alegría infinita, la alegría completa que no le falta nada, que es estable, que no hay temor de perderla y esa es la alegría divina, la alegría que Dios tiene.

¿TE GUSTARÍA TENERLA?

Pues Jesús nos dice que somos capaces de tener esa alegría.
En el evangelio de hoy, nos dice al final:

“Te he dicho estas cosas para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea plena”

La alegría tuya Jesús, es la alegría de Dios porque Tú eres Dios.
Nos quieres compartir tu alegría, has venido aquí a la tierra para darte, para compartir tu vida divina con nosotros, para elevarnos.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Como el Padre me ama, así los amo yo. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecen en mi amor; lo mismo que yo cumplo los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea plena”.
(Jn 15, 9-11)

PERMANECER EN EL AMOR DE DIOS

¿Qué es lo que nos dices? Que Dios nos ama y al corresponder en nuestra vida cristiana para hacer la voluntad de Dios, pues es como permanecemos en el amor de Dios y podemos si realmente estamos amando a Dios, tener la alegría de Dios, saber que efectivamente Dios nos ama y lo nosotros lo estamos amando. En tener esa conciencia consiste la alegría.
Pues muchas veces no nos damos cuenta, podemos andar en ese ámbito, vivir en esa esfera del amor de Dios.   Porque me olvido de eso y me preocupo por otras cosas, valoro más otras cosas y me olvido de que soy amado por Dios.
Ahí está la felicidad en saber que soy amado.
Como esa joven que recibe la propuesta de matrimonio y que se da cuenta que es amada y el otro le está diciendo: “Te amaré incondicionalmente, me entrego a tí para estar siempre contigo” y eso la hace estallar de alegría.
Como la alegría del que tiene un hijo, tengo alguien a quien cuidar, a quien darme junto con mi esposa, me voy a esmerar por cuidar, educar y acompañar a este pequeño hasta que crezca.
Jesús que nos demos cuenta de todo lo que nos quieres porque entonces vamos a ser felices y vamos a ir preparándonos cada día con mayor alegría a ese encuentro definitivo Contigo, cuando ya nada nos pueda separar de Tí.
Aquí en la tierra tenemos el temor de podernos separar de Tí porque somos tontos y podemos dejar de elegirte, dejar de querer estar Contigo, dejar de buscarte porque Tú siempre nos vas a buscar y siempre nos vas a querer perdonar pero nosotros podemos incluso olvidarnos de pedirte perdón.

LO ESENCIAL ES QUE DIOS NOS AMA


El Papa el domingo pasado 15 de mayo, canonizó a Charles de Foucauld y otros 9 beatos y en la homilía, comentaba el Evangelio de domingo en el cuál Jesús nos daba el mandamiento nuevo:

“Un mandamiento nuevo les doy que se amen los unos a los otros como Yo los he amado”

Y ese mandamiento nuevo Jesús nos lo da en la última cena y en el Evangelio se subraya como cuando Judas salió del cenáculo, ya para entregar a Jesús, Él les da el mandamiento nuevo.
“Podemos imaginar” dice el Papa en su homilía, “qué dolor tendría Jesús en su alma, qué oscuridad se acumulaba en el corazón de los apóstoles, y qué amargura ver a Judas que, después de haber recibido del Maestro el bocado mojado en su plato, salía de la sala para adentrarse en la noche de la traición. Y, justo en la hora de la traición, Jesús confirmó el amor por los suyos. Porque en las tinieblas y en las tempestades de la vida lo esencial es que Dios nos ama”
Cualquier prueba que podamos tener, cualquier enfermedad, cualquier carencia, cualquier injusticia que hayamos sufrido, tengamos en cuenta que detrás de eso, lo esencial es que Dios nos ama.
Incluso cualquier pecado que hayamos cometido.  Si yo Señor me arrepiento y soy capaz de ver que Tú me perdonas, entonces seré dichoso.

RECORDAR LAS VECES QUE DIOS NOS PERDONA Y SER FELICES

El beato Álvaro del Portillo, decía “lo más feliz de su vida era recordar todas las veces que Dios lo perdonaba” y eso que él tuvo muchos momentos muy gozosos en su vida, pero lo más gozoso era cuando Dios lo perdonaba en la confesión.
Nosotros que somos más pecadores podemos alegrarnos todavía más de que tú Señor nos perdonas siempre en la confesión, de que tú te nos das en la Eucaristía, de que tú nos miras siempre con esperanza.

Y el problema es que a veces nosotros no compartimos esa misma visión de amor hacia nosotros mismos y hacia los demás.
Que yo vea con tus ojos Señor, que yo vea cómo tú me quieres, entonces seré dichoso, seré felíz.

Que yo vea a los demás como tú los ves, entonces también estaré muy unido a los demás.
La Virgen siempre alegre, siempre con paz en su corazón a pesar de las pruebas que atravesó, Madre mía ayúdame a estar muy unida a Dios sabiendo que Él me ama incondicionalmente y que tú también me quieres como una buena madre.

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