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LA VALENTÍA DEL TESTIMONIO

LA VALENTÍA DEL TESTIMONIO

DAR TESTIMONIO DE NUESTRA FE

“Jesús dijo a sus discípulos: «Los detendrán, los perseguirán, los entregarán a las sinagogas y serán encarcelados; los llevarán ante reyes y gobernadores a causa de mi Nombre, y esto les sucederá para que puedan dar testimonio de mí. Serán odiados por todos a causa de mi Nombre. Pero ni siquiera un cabello se les caerá de la cabeza.”

(Lc 21, 12-19)

Comienza así el Evangelio que nos propone la Iglesia el día de hoy, como todos de esta última semana del tiempo ordinario. Tiene un contenido bastante apocalíptico.

El Señor nos adelanta que nos entregarán, nos perseguirán, nos detendrán. Si bien es cierto, esto no sucede de forma inmediata y absoluta con todos.

Sí que tenemos que dar muchas veces testimonio de nuestra fe. A veces, de forma un poco más violenta y un poco más más dura, porque la gente no nos cree.Otras veces, en cambio, de forma mucho más fácil. Dios pone realmente a cada uno su propio camino.

Nos escribió una chica para pedir oraciones por una madre que, con veintiún años tuvo a su hijo. Ahora este chico de tres añitos, que se llama Beltrán, tiene un tumor en la cabeza.

Vamos a rezar, por supuesto, por Beltrán y por esa familia. Vamos a ponernos todos de la mano de Dios para pedir ese milagro.

Esta chica, sin saber absolutamente nada más de ella, tan joven, ya con un bebé, quiere decir que ha tenido que dar testimonio de apreciar la vida, de la cultura de la vida, de la cultura del encuentro.

Nosotros tenemos que dar testimonio, acogiendo también a todos los nuestros, atendiendo a esos que necesitan más. Y, ahora, Beltrán necesita de nuestra ayuda y por eso es lógico que nos volquemos con ellos.

SAN CLEMENTE I

Esto es algo propio de los cristianos: darnos cuenta que lo fundamental es llegar a la vida eterna y que para eso, muchas veces, tendremos que pasar por temporadas un poco más complicadas. Como la que nos dice Jesús en este evangelio y tiene que ver mucho con san Clemente, qué es la fiesta que celebramos hoy.

San Clemente, que fue el tercer sucesor de San Pedro después de Lino y Cleto. Él también tuvo que dar testimonio y tal vez de una forma muchísimo más fuerte, dar la vida, de hecho, es mártir.

Para conocer un poco de san Clemente, te cuento que gobernó la Iglesia desde el año 93 al año 101.  Escribió una carta en el año 96 a los corintios, que es del documento Papal más antiguo que se conoce (después de las cartas de san Pedro).

Por ser cristiano, Clemente será desterrado por el emperador Trajano a Crimea (al sur de Rusia). Fue condenado a trabajos forzados, en concreto, a picar piedra con otros dos mil cristianos. Hay unas actas muy antiguas que dicen que le decían: “ruega por nosotros Clemente para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo.”

Años más tarde, san Irineo (vivió en el siglo segundo) dice que Clemente había conocido a los apóstoles Pedro y Pablo, que había tratado con ellos y por eso tenía una fe tan fuerte. De todas formas, Clemente dio testimonio.

TESTIMONIO DE SAN CLEMENTE

Las Actas antiguas añaden que en Crimea convirtió a muchísimos paganos y los bautizó. En concreto, él estaba trabajando en una mina de mármol. Ahí se sufría mucho por la sed, porque la fuente de agua más cercana estaba como a diez kilómetros de distancia.

Clemente oró con fe y apareció allí cerca una fuente de agua cristalina. Esto le dio todavía más fama de santidad y le permitió conseguir muchas más conversiones.

Un día las autoridades le exigieron adorar a Júpiter. Clemente dijo que no adoraba sino al verdadero Dios, estaba dando testimonio. Entonces fue arrojado al mar y para que los cristianos no pudieran venerar su cadáver, le fue atado al cuello un hierro pesadísimo. Pero después se cuenta que una gran ola devolvió su cadáver a la orilla.

Será, mucho más tarde en el año 860, los santos Cirilo y Metodio, quienes llevaron a Roma el cuerpo de san Clemente o los restos de san Clemente. Los cuales fueron recibidos con gran solemnidad en la Ciudad Eterna y todavía allí se conserva.

Dar testimonio a lo san Clemente… dar testimonio como la madre de Beltrán… Como tantos cristianos a lo largo del mundo que tienen que hacer las cosas, a veces salen más fáciles, otras veces salen más difíciles.

Lo que sabemos es que Dios utiliza ese esfuerzo, esa dedicación de cada uno de nosotros, para hacer nuestro camino al cielo. A veces, es más fácil y realmente uno sólo tiene que ir dando unos pasitos. ¿Cuál es la diferencia? Pues, no sé, la verdad.

“Jesús, ahora que estamos rezando, te pedimos que sepamos dar testimonio en cualquier ambiente: sea difícil, sea fácil, sea en cualquier ambiente…”.

ERIC MOUSSAMBANI

 A veces el Señor lo hace realmente llamativo. Como ese caso -supongo que has escuchado- de Eric Moussambani, que en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000 pudo participar gracias al sistema de cuotas.

Él es de Guinea Ecuatorial y como es un país del tercer mundo, el Comité Olímpico le entregó directamente, sin tener que hacer pruebas, un cupo.​

Ellos, como no tenían ningún equipo de natación, entonces sacaron por televisión publicidad para que se presentaran los que estaban interesados y ahí se presentó Eric Moussambani y como no se presentó absolutamente nadie más, le dieron a él la posibilidad de viajar.

Cuando fue a competir efectivamente salió, pero nunca había nadado en una piscina de cincuenta metros, la más grande que había utilizado era de doce metros, en un hotel donde practicaba y aprendió a nadar más o menos, ahí sobre la marcha. ¡Imagínate, así se presenta a las Olimpiadas!

Cuando le toca su turno estaban tres nadadores (dos rivales de Níger y Tayikistán), en esa prueba tenían que ir y volver, cien metros. Los otros se descuidan y hacen una falsa salida y los dos quedan descalificados y solo queda Eric Moussambani, que gana esa competencia, por supuesto.

Lo divertido es que hizo un tiempo de 1:52:72, cuando lo normal era hacer menos de 50 segundos y casi se ahoga en el regreso.

Al final, lo que dijo en la entrevista es que: «todos creen que el éxito es ganar una medalla, pero el mío fue presentarme a aquella carrera». Dios fue haciendo las cosas para que llegara a ese punto.

Después aprendió a nadar. Ahora es el presidente de la Federación de Natación de Guinea Ecuatorial, donde le dieron varios premios, porque hizo tan famoso a su país por ese episodio.

Sí, a veces suceden las cosas… uno no sabe cómo y pim pum pam… y estás ahí delante y otras veces te toca a lo Clemente. Hay que dar testimonio e inclusive hasta hacer milagros, no sé. No me veo mucho en ese en ese campo…

CRISTO ES LA LUZ

Estamos entrando en un momento de la historia de la humanidad en donde las cosas se están volviendo mucho más duras, mucho más exigentes; en donde todo el tema de la ideología de género está dañando a muchas personas; y donde se ve a la Iglesia con suspicacia, se ve como algo que no permite progresar o que estamos yendo en contra de los valores fundamentales actuales.

Hay que saber también dar testimonio de lo que es natural y lo que no es natural, de las leyes de Cristo, de los mandamientos, del sexto mandamiento, del noveno…

Tocará, a veces, no quedar bien; tocará a veces dar testimonio de lo que realmente creemos, de lo que tenemos en el corazón y de que nuestra fe da respuestas reales a todos los problemas. Porque Jesucristo es Dios verdadero hecho hombre y no podemos olvidarnos de este punto.

Acabamos de pasar la fiesta de Jesucristo: Rey del Universo. En el primer lugar que tiene que reinar es en nuestros corazones. En el primer lugar donde tenemos que tenerle claro es en nuestra vida.

Después, con ese testimonio, poco a poco iremos cambiando al mundo o no, no sé. Lo que sí está claro es que nuestra vida y la vida de la gente que esté a nuestro alrededor sí que podrá cambiar; sí que se volverá cada vez más clara, porque Cristo es la luz y donde metemos esa luz de Cristo, las cosas funcionan mejor, aunque a veces encontremos estas persecuciones.

Vamos a pedirle a Nuestra Madre, la Virgen que nos ayude a ser mejores cristianos, que nos ayude a ser personas de bien, que seamos personas que recen por los que nos necesitan.

Rezamos hoy por Beltrán y su familia y por todas las personas que están pasándolo mal, porque el Señor utiliza todo esto también para dar testimonio, para hacer de este mundo un lugar mejor.

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