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Hacia una plena presencia

El documento se llama hacia una plena presencia, y pretende promover una reflexión común sobre la participación de los cristianos en las redes sociales, está inspirado en la parábola del Buen Samaritano, invita a una reflexión común para fomentar una cultura de amor al prójimo en la esfera digital.

Reflexión pastoral sobre la interacción en las redes sociales

El Dicasterio para la Comunicación es un departamento del Vaticano que funciona como el Ministerio de un estado, y está encargado de velar por las orientaciones de comunicación para mejorar el uso de los recursos de comunicación, incluyendo los medios digitales, de manera que cumplan con la misión evangelizadora de la Iglesia. 

En este documento nos propone una reflexión extensa sobre los retos y amenazas del uso de la red para la evangelización. Lleva por subtítulo: Reflexión pastoral sobre la interacción en las Redes Sociales.

La finalidad del documento, que al igual que el de Fratelli tutti, está inspirado en la parábola del Buen Samaritano, es la de iniciar una reflexión común para fomentar una cultura de amor al prójimo, también en la esfera digital.

La tecnología ha transformado la forma en que interactuamos y nos relacionamos, especialmente a través de las redes sociales. Sin embargo, a medida que la comunicación se ve influenciada por la inteligencia artificial, se plantea la necesidad de redescubrir el encuentro humano en su esencia.

Poder de los medios

Se destaca el poder de los medios digitales y las redes sociales para el ministerio de la Iglesia, y se menciona el ejemplo de la transmisión en directo realizada por el Papa Francisco durante la pandemia de COVID-19, que permitió unir a personas de todo el mundo en oración y comunión.

Se plantea preguntas sobre cómo nuestra presencia en el mundo digital refleja nuestra humanidad y cómo nuestras relaciones digitales son auténticas. También se menciona la importancia de confiar en la autenticidad de las declaraciones de principios de las compañías de redes sociales y se advierte sobre las trampas y desafíos que existen en ellas, como la brecha digital y la comercialización de los usuarios.

Las trampas a evitar

Aunque está lleno de beneficios, hay que sortear también algunas trampas, que son problemas y desafíos asociados al uso de las redes sociales y la cultura digital. A continuación, se explican con más detalle:

1. Brecha digital: A pesar de los avances en la tecnología, aún existe una «brecha digital» que separa a aquellos que tienen acceso a las tecnologías de la información y comunicación de aquellos que no. Esto implica que muchas personas no pueden beneficiarse de las oportunidades que brinda el mundo digital, quedando marginadas y sin poder acceder a servicios como la educación en línea o la atención médica.

2. Brecha de las redes sociales: A medida que las redes sociales se han vuelto más prominentes, también ha surgido una «brecha de las redes sociales». En lugar de unir a las personas y crear una comunidad inclusiva, algunas plataformas han contribuido a la división y la polarización. Esto se puede observar en la propagación de desinformación, la formación de burbujas de filtro (donde las personas solo ven contenido afín a sus creencias) y la propagación del discurso de odio.

3. Valor comercial de las redes sociales: este ambiente se ha convertido en un terreno fértil para el comercio y la publicidad. Las marcas y las instituciones han reconocido su potencial estratégico y han utilizado las redes sociales como plataformas para promocionar sus productos y servicios. Esto ha llevado a que los usuarios sean tratados como consumidores y, a su vez, como mercancías. Sus datos y perfiles se utilizan para la publicidad personalizada, y esto plantea preocupaciones sobre la privacidad y el uso ético de la información personal.

4. Veracidad de la información: En la era digital, se ha vuelto más difícil verificar la veracidad de la información que circula en línea. La cantidad abrumadora de contenido disponible y la proliferación de noticias falsas han generado desafíos para distinguir la información confiable de la desinformación. Los algoritmos de inteligencia artificial, que deciden qué contenido se muestra a los usuarios, pueden influir en la formación de burbujas de filtro y en la difusión de información sesgada.

Estas trampas resaltan la importancia de ser conscientes y críticos del mundo digital en general. Es fundamental educarse sobre las implicaciones éticas, proteger la privacidad y buscar fuentes confiables de información. Asimismo, se debe fomentar un uso responsable de las redes sociales, promoviendo la empatía, el respeto y la construcción de comunidades virtuales positivas.

Del encuentro a la comunidad

La comunicación auténtica se basa en el encuentro cara a cara, donde se establecen relaciones y se comparten verdades fundamentales. La comunidad se forma a través de la compartición de la verdad y la solidaridad en diferentes aspectos de la vida social.

Desde tiempos antiguos ha existido la tensión entre la presencia mediada y el anhelo del encuentro personal, como se ve en las cartas de los apóstoles. Las cartas de los apóstoles, como las de Juan y Pablo, han servido para construir y conectar comunidades, mostrando que la presencia a través de la palabra escrita puede ser significativa.

No basta con proclamar contenidos religiosos en los medios digitales, sino que es necesario participar de manera auténtica en las dinámicas relacionales. Se critica el uso de interacciones hostiles y palabras violentas en un contexto en el que se comparten contenidos cristianos, ya que van en contra del Evangelio.

Destaca la importancia de curar las heridas en las redes sociales y construir ambientes eclesiales que acogen e integran las periferias geográficas y existenciales de las culturas actuales. La relación genera relación y la comunidad construye comunidad, y que la gracia de la relación se extiende más allá de la interacción individual.

Conviene que las comunidades en línea no se formen sobre la base de la contraposición hacia un enemigo ideológico común, porque esto genera polarización y tribalismo digital. 

Un estilo característico: la creatividad del amor

Los comunicadores cristianos debemos recordar que la comunicación no es solo una «estrategia», sino una entrega de sí mismo en el amor. No se trata simplemente de seguir metodologías, sino de compartir el Pan de Vida con cercanía, compasión y ternura, siguiendo el ejemplo de Dios.

El modo en que comunicamos es tan relevante como el contenido que transmitimos. Por lo tanto, es fundamental asegurarnos de transmitir información veraz, promover acciones positivas y comunicar la belleza en su totalidad. En un contexto donde la «posverdad» y las «noticias falsas» son frecuentes. Ser conscientes de que Jesucristo representa la verdad y la comunión entre las personas.

Compensa actuar como comunidades en lugar de individuos en las redes sociales, fomentando una comunicación que promueva el sentido de pertenencia mutua. Además, subraya que la creatividad en la comunicación surge de la comunión y el amor, trabajando en equipo y permitiendo la expresión de diversos talentos.

En este sentido, las historias desempeñan un papel poderoso en la comunicación. Son capaces de captar la atención, revelar la verdad, construir comunidad y dar sentido a la experiencia digital. En situaciones en las que nos enfrentemos a comentarios hostiles, contar historias puede ser más efectivo que simplemente argumentar, ya que esto permite promover un mensaje positivo y generar empatía.

La importancia de un estilo de comunicación basado en el amor, la veracidad y la creatividad. Al adoptar este enfoque, podemos promover una comunicación auténtica, construir comunidades más fuertes y transmitir mensajes que inspiren y transformen positivamente a quienes nos escuchan.

Conclusión

Para una correcta evangelización digital, debemos enfocarnos en ayudar a los demás. Darnos cuenta de que el prójimo herido en línea se convierte en un encuentro real y que la misericordia transforma las interacciones en algo significativo.

Que la imagen del buen samaritano que venda las heridas del hombre apaleado, vertiendo sobre ellas aceite y vino, nos sirva como guía. Que nuestra comunicación sea aceite perfumado para el dolor y vino bueno para la alegría. Que nuestra luminosidad no provenga de trucos o efectos especiales, sino de acercarnos, con amor y con ternura, a quien encontramos herido en el camino.

 

 

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