Para Comenzar
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Con la intercesión de la Santísima Virgen María, de su esposo San José y de nuestros ángeles de la Guarda, vamos a meditar en la presencia de Dios lo que pasó en los días anteriores al nacimiento del Niño Jesús. Que el Espíritu Santo nos ilumine y nos fortalezca para que esta novena de Navidad, con su propósito de mejora diario, nos haga parecernos un poco más a la Sagrada Familia.
El Mejor Regalo
Los preparativos del viaje continúan, algunas amigas de María han venido a ayudar, han traído algunas cosas que les puedan ser útiles para el viaje y algunos regalos para el bebe que está por nacer.
María y José están muy agradecidos, les ofrecen algo de beber, la casa es muy sencilla, tres paredes de mampostería, la cuarta es la misma montaña donde se ha excavado otra habitación. Esas tres paredes están ahora en Loreto, rescatadas de la invasión musulmana.
Las excavaciones arqueológicas han encontrado los cimientos de esos muros junto a una habitación excavada en la montaña de Nazaret, la actual basílica de la Anunciación.
En Loreto los tres muros están protegidos por un monumento de mármol. Miles de peregrinos pasan por la santa casa, el espacio es pequeño, pero es un lugar donde se reza muy a gusto, no se siente el paso del tiempo, el flujo de peregrinos no distrae.
En el frontal del altar se leen unas palabras que sobrecogen: “Aquí el Verbo se hizo carne” (Hic Verbum caro factum est”).
Dentro de esos muros tan pobres, se nos hizo el mayor regalo, un ángel enviado por Dios le pidió a la Virgen que recibiera su regalo para la humanidad, su Hijo muy amado.
María guarda en su corazón todos esos eventos y los recuerda al agradecer la generosidad de sus amigas con sus obsequios, si tan solo pudiera contarles el gran regalo que lleva en su vientre: el Emanuel, Dios con nosotros. Pero ve en la actitud de sus amigas una chispa de ese Amor divino.
El mejor regalo para ti
En estos días todos sentimos el deseo de regalar, quizá nos lleva a perder un poco la paz, corriendo para hacer una compra de último momento.
No te olvides del mayor regalo de estos días: Dios que se nos entrega, que quiere estar entre nosotros, que nos quiere liberar de nuestros pecados.
Aprovechemos para recibir el regalo del perdón haciendo una buena confesión. Dejemos que el Amor de Dios se haga presente en nuestra generosidad. Nosotros también podemos hacernos don para los demás. Piensa en las personas que necesitan unas palabras de cariño, en las familias que les falta algo de comer, en los niños que no tienen un juguete o ropa que estrenar, en las personas que estarán solas, en los enfermos que tendrán que estar en su cama.
Procura que todos ellos también sientan el Amor de Dios que se nos regala.
Oración Final
Se reza un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
Después repiten todos juntos tres veces: Jesús, José y María. Os doy el corazón y el alma mía.
Villancico
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