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P. Juan

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PELEAS BÍBLICAS CALLEJERAS

Desde el primer momento Jesús les advierte a los apóstoles de que en su tarea encontrarán dificultades, persecuciones, incomprensiones… Jesús siempre va por delante. El único peligro verdadero es aquel “que puede hacer perder alma y cuerpo en el infierno”, el que puede conducir al pecado, a la pérdida de la amistad con Dios.

“Las palabras de Jesús, nos decía el Papa Benedicto XVI, han de llegar al corazón, arraigar en Él y fraguar toda la vida”. Tenemos el ejemplo de los santos, de los primeros cristianos y de muchos cristianos que han vivido a base de la oración. Somos almas de oración. 

Hablamos con Jesús, estos audios nos ayudan a hablar con el Señor, y el Evangelio de hoy nos lo dice muy claro:

«No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero sí tengan miedo los que pueden matar el alma». 

Te cuento una historia que me ocurrió recién ordenado sacerdote. Iba caminando por la calle después de predicar un retiro, y un hombre me señala con el dedo, y me dice: —Filipenses 4, 13.

La verdad es que me asusté mucho. No sé, pensé que era el fin del mundo, que algo importante iba a pasar y como no me acordaba que decía esa cita, le dije, como dicen algunos, fuerte al medio. Respondí también señalándole con el dedo, casi a unos pocos metros, y le dije: —Romanos 8, 28. 

Fue casi como una pelea bíblica callejera. No sé, no te la recomiendo, pero la verdad que fue algo muy raro. Y el hombre, al ver que yo sabía, (y la verdad que yo no sabía lo que él sabía, pero en realidad sí pensó que yo sabía) se dio vuelta y me dice: —Tenés razón. Y se fue. 

Apenas se fue, empecé a buscar en el Evangelio qué dice la cita de san Pablo, de Filipenses. Y decía algo muy concreto, muy bueno también.

«Todo lo puedo en aquel que me reconforta».

Espectacular cita de san Pablo. 

SIN MIEDO, TODO ES PARA BIEN

La verdad que era ‘un as de espada’, podríamos decir, pero en realidad yo tenía una carta mejor, que era una cita de san Pablo a los Romanos, que le gustaba mucho a san Josemaría, y la resumía en una frase muy sencilla en latín que dice: —Omnia in bonum,

«Todo es para bien». 

Y la verdad que muy bonito también pensar como efectivamente, para los que aman a Dios todo es para bien. 

El capítulo 10 de san Mateo que leemos hoy, nos lo dice más claro también porque dice:

«No tengan miedo, para los que aman a Dios todo es para bien». 

Dice san Pablo a los Romanos y lo vemos en el Evangelio porque es algo muy concreto:

«No tengan miedo, va a haber dificultades, persecuciones, va a haber incomprensiones. Sí, pero eso no importa las amenazas que haya. No importa que te griten, no importa que te quieran morder. 

El único peligro verdadero es aquel que puede hacerte perder el alma. Es aquel que te puede llevar al infierno. Es el que te puede conducir al pecado, a la pérdida de la amistad con Dios

(Cf. san Pablo a los Romanos).

En el Evangelio de san Mateo dice Jesús:

«No les teman, no hay nada oculto que no deba ser revelado y nada secreto que no deba ser conocido. Lo que yo les digo en la oscuridad repítanlo en pleno día; y lo que escuchen al oído, proclamadlo desde lo alto de las casas. 

No teman a los que matan al cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien aquel que puede arrojar el alma y el cuerpo a la ajena al infierno»

(Mt 10, 24-33).

PELEAS BÍBLICAS CALLEJERAS

ADORAR A DIOS SIN MIEDO

Pero nos dice muy claro: «No tengan miedo». 

Nosotros rezamos, hablamos con Dios, con Jesús. Por eso, tener miedo no es de un buen hijo de Dios, que tengan miedo; eso es de los que no se saben Hijos de Dios, decía san Josemaría.

Nos ha traído a la existencia por amor, y quiere que también nos comuniquemos con Él, que nos relacionemos con Él. Eso es hacer oración. Eso es orar, adorar, alabar a Dios. 

Yo estoy convencido de que la oración es la actividad más productiva que existe. Es el cimiento de la vida espiritual, decía san Josemaría. 

Es lo más bello que puede haber también un tiempo dedicado a Dios. Un tiempo dedicado a la oración. 

Hay una oración muy bonita que se llama “Mantén los ojos en mí”, que es como también Jesús, que nos lo dice muy claro, porque nos guste o no en nuestra vida, necesitamos mantener los ojos en Él. 

Pueden ocurrir cosas a lo largo de nuestra vida, quizás a veces llevarnos a la duda. Lo importante es eso, mantener los ojos en Dios. No importa el dolor, no importa la incomprensión, la soledad, la incertidumbre, la muerte o los problemas varios que te puedan pasar en tu vida, en tu economía, en lo que sea, porque si los afrontamos con alegría y con esperanza, nunca dudaremos de Dios.

LA SOLUCIÓN ES AMAR 

Sigue el Evangelio y dice:

«Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, yo lo reconoceré ante mi Padre que está en el Cielo. Pero yo renegaré ante mi Padre que está en el Cielo, de aquel que reniegue de mí ante los hombres». 

¿Te acordás de aquella pelea callejera? Yo no renegué de Dios, al contrario, lo encaré, como se dice acá, en un juego de naipes. ¿El truco? A veces uno no tiene todas las cartas y tiene que mentir un poco, porque de eso se trata el truco, de pensar que el otro piense que vos tenés cartas buenas… 

Bueno, no renegué de Dios, al contrario, encaré también esa cita bíblica de san Pablo, con esa otra de Romanos. Porque para un discípulo de Cristo nunca puede tener miedo, nunca está solo. Por eso no podés tener miedo. Tenés un Padre amoroso que cuida de sus criaturas, que te cuida a vos y a mí, a todos, porque la solución es amar. 

Fíjate, san Juan Apóstol -decía también san Josemaría- era muy querido por Jesús, y él también llevó eso no tener miedo, porque decía: «No tengan miedo los que son perfectos en la caridad. Y adelante decía san Josemaría Adelante». 

Qué bonito cuando a veces un cristiano no tiene miedo a nada. Puede ser que tengas un poco de miedo a las arañas o la oscuridad, a los perros o a los brócolis. 

Lo importante no tener miedo a Dios, No tener miedo de lo que nos pida. Los miedos desaparecen cuando van más allá de aquello que no es Dios. Los miedos desaparecen cuando Dios los elimina

PELEAS BÍBLICAS CALLEJERAS

SOLO MIEDO DE PERDER A JESÚS

Y decía un refrán: “El miedo llama a la puerta. Nadie se atrevió a abrir. Por fin abrió la fe y se encontró con que no había nadie”. 

Por qué Dios elimina todo aquello que no es bueno. Dios elimina aquello que no lleva a Dios. Y sólo podemos tener miedo a una cosa: a perder a Jesús. 

El apóstol es valiente, atrevido y es audaz. El apóstol tira para adelante, no tiene miedo. 

Decía san Josemaría en un punto de Camino: “Dios y audacia. Vos sos una persona audaz. No es cuestión de ser imprudentes, al contrario, es ir adelante con audacia, sin tener miedo a lo que pueda venir y poniendo luz también aquello que aparece”. 

No es cuestión de eso, de quedarse en la oscuridad, al contrario, no temer a Dios en cosas que no son queridas por Él. 

Si Dios lo quiere, es para bien. Para los que aman a Dios, todo es para bien. Fíjate, Jesús va por delante. Jesús le dice a los apóstoles: «No tengan miedo, van a pasar cosas como te van a pasar a vos también. No tengas miedo de predicar. 

Como dijo a los apóstoles:

«No tengan miedo a ir a Galilea e ir a todas partes».

Prediquen. Anímense. 

Me gusta un refrán italiano que dicen los pescadores, “Amar en el nombre de Dios”. “Al mar en el nombre de Dios”. Con audacia, sin miedo… 

ENFRENTAR LAS DIFICULTADES

Vamos a pedirle a la Virgen, que celebramos a la Virgen del Carmen en estos días, y quiero decirle que también nos muestra su maternidad, como también nosotros, que somos como marineros, que vamos por el mar, de camino navegando en nuestra vida, sin miedo a buscar esa Palabra de Dios que nos dice “No tengas miedo”. 

Anímate también a enfrentar esas dificultades, esas persecuciones o incomprensiones, porque yo estoy con Vos. 

No tengas miedo, mantené los ojos en mí, mantener los ojos fijos en mí. Y como te decía, para los que aman a Dios, todo es para bien. Quédate tranquilo, no tengas miedo. 

Igual que los apóstoles, le vamos a pedir al Señor que nos dé también esa gracia de mirar con alegría, con esperanza siempre sin miedo a la vida, sin miedo a la muerte, como decía también san Josemaría. 

En estos días, que estamos viviendo el festejo de los 50 años del paso por Argentina, que también nos sigan enseñando a vivir con alegría todos los días. 

Santa María, escucha nuestra oración.


Citas Utilizadas

Is 6, 1-8

Sal 92

Mt 10, 24-33

Reflexiones

Señor, ayúdame a enfrentar las dificultades, las que usualmente están en mi mente, las que me limitan y me ponen triste. Ayúdame a no tener miedo.

Predicado por:

P. Juan

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